Hoja de excelente calidad con el hamon, o línea de templado, bien definido en las acostumbradas olas que se muestra con algo más de anchura en su misma línea que lo habitual, con poros propios de la forja y algunos otros blanquecinos que es la forma en que se muestra la oxidación natural seguramente desde el momento de su fabricación unos y posteriores otros, no presenta muestras de haber sido pulida menos quizá el habaki que es de cobre amarillo. El aspecto es impecable sin falta alguna en filo o punta. Tiene una firma que es casi ilegible al estar oscurecida por la patina que formó la oxidación en la espiga (nakago) y ser bastante superficial. La vaina o saya está realizada con una fina y precisa labor de precisión como suele ser en estas piezas en la que todo ajusta de una forma perfecta y natural debido a la técnica de ejecución en molde y capas que se ciñen a la hoja. Pieza realizada seguramente en los años 30 del pasado siglo o incluso antes, perteneció a un oficial naval japonés muerto en Filipinas durante la última fase de la guerra. Acompañaba a esta pieza una caja de recuerdos y otras pertenencias que tras su muerte fueron entregadas a su familia. Las hojas familiares o que se esperaba se convirtieran en tales, eran normalmente guardadas en sus vainas-caja de madera (shirasaya) usando en el sable reglamentario una más simple mecanizada de arsenal, menos en determinas ocasiones. El sable japonés al desmontarse permitía estos juegos e incluso el paso de la hoja de una montura militar a otra civil, la hoja era parte y símbolo del espíritu del guerrero en su camino o vía (bushido). Conservación excepcionalmente buena.

referencia: j006